Para eso del año 1998, tuve la suerte (mala suerte) de ser alumno de miss Ana Lucia (miss luchiss) quien daba la clase de ingles. Era muy buena en dar la clase pero su carácter era muy enojado y por todo se fastidiaba...
Resulta que una tarde ya casi terminando clases
resulta que en clase como todas las clases del Lehnsen están invadidas de coreanos había uno, que no voy a mencionar su nombre por discreción; a mi amigo y compañero de salón. Resulta que él era muy tímido al hablar ya que el había recién llegado de corea en el año 1993 y más o menos hablaba español y por eso le pusimos de apodo “pollo”.
resulta que en clase como todas las clases del Lehnsen están invadidas de coreanos había uno, que no voy a mencionar su nombre por discreción; a mi amigo y compañero de salón. Resulta que él era muy tímido al hablar ya que el había recién llegado de corea en el año 1993 y más o menos hablaba español y por eso le pusimos de apodo “pollo”.
Esa misma tarde recibimos la última clase de spelling y resulta que la maestra le pregunta algo, no le escucho y le volvía a preguntar y preguntar pero hasta que otra vez con el mal carácter que tenia le grita: "mijo habla puro pollito!!", todos en la clase nos reímos a lo grande y hasta creo que yo me revolcaba en el piso con mis compañeros de la risa. Pero a lo lejos veo que el coreano se pone a llorar de lo enojado, avergonzado, la maestra todavía se preguntaba por qué tanta risa por eso y porque él estaba llorando; la miraba con tanto rencor, sin saber que lo había ofendido sin querer. Hasta el momento lo recordamos, créanme el coreano se ríe de ese momento. Mi punto es: no importa que tan triste, alegre o susto te hallas dado ahí al final los recuerdos se quedaran siempre en la memoria de uno y será para compartirlos en un futuro que a no recordar nada.
Rockbert Guillen Mere
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