Todo comenzo en esos maravillosos días de colegio, estando en la primaria, el volver luego de unas vacaciones para ver a tus compañeros, maestras y demás trabajadores te llenaban de alegría. Sin embargo, con mis pocos años de estar en el Lehnsen no pensé que me topara con una nueva miembro del colegio... una nueva monitora. Alta, flaca, de pelo corto y café. Los primeros días fue la mejor monitora, el hecho de ser joven le ayudaba bastante, pero al paso de los días se convirtió en la peor pesadilla del bus 26...
Comenzo como algo inusual pero a la vez nada importante, en una de esas tardes en las que uno regresaba cansado de un día de estudio a mas de alguno se le ocurrió hacer una travesura. Ya no sé ni que fue, pero fue suficiente para pararlo. Si, pararlo. Parado todo el camino en frente del asiento hasta llegar a la parada. Todos pensamos que era un castigo raro pero nada peligroso... aún.
Los días pasaron y la imagen de la monitora tranquila y cariñosa se volvió en peligrosa y extraña. Cada cosa que se hiciera fuera de lo que quisiera era motivo para pasar todo el viaje parado hasta el final, desde los pequeños de primaria hasta los de bachillerato. Vi sufrir al momento de frenazos como los alumnos luchaban por sus vidas, sobre todos nosotros los pequeños. El chofer no decía nada como el mejor complice de una película de terror.
Yo bien portado, en unos 5 meses no había tenido la oportunidad de tal castigo. Era el miedo a ser el próximo y morir en el intento de quedarse parado. Nadie decía nada. Bueno, mi hermana mayor que a veces se iba en el bus amenazaba que si me llegaba a pasar a mi iba a reportarlo. Ese momento llego...
Luego de varios alumnos con moretones y varios que abandonaron el servicio de bus. Bajo las amenazas de la monitora nada apreciada, hice una fechoría. No me acuerdo cual, pero suficiente para irme parado. Mi hermana estaba ese día presente, cuando me vio así rápidamente se lo contó a mi madre y esta envío una carta al colegio. Esa mañana luego del castigo, fue una alegata entre la monitora y mi madre, con una AK-47 de un lado y una mini del otro lado.
Gano mi madre. En el último día de la monitora, todos me miraban como el niño muerto del bus por haber sido el chismoso. Las últimas palabras fueron de parte de ella: "Porqué se lo dijo a su mamá?"... me quede en silencio. Esperando ver el cuchillo en mi espalda.
Ahora ya no trabaja en el Lehnsen, ya no ha habido alguien igual a ella. Pero una vez me la tope en la calle y pude sentir la misma sensación que de niño... cualquier cosa que hiciera... regresaría a casa parado... y con un cuchillo en la espalda.
MTSparrow
La Monitora Asesina
Etiquetas: Leyendas 1 comentarios
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